Para la mayoría de nosotros, es sencillo regocijarnos con los que se regocijan. Es fácil disfrutar la compañía de un amigo que se está regocijando por una respuesta de oración o un cambio de circunstancias. Sin embargo, para muchos de nosotros es un desafío monumental consolar a un amigo, “llorar con los que lloran.”
En vez de ir a las razones básicas, me gustaría compartirle algunas formas prácticas en las que uno puede ayudar a un amigo que está sufriendo.
Imagínese un día gris en la vida de uno de sus amigos. Usted entra a su casa y puede escuchar los sollozos desde el pasillo, al abrir la puerta se encuentra con su amigo llorando. Al establecer contacto visual con usted, no puede pronunciar ni una palabra, luego de un momento, su voz sigue sin salir.
¿Cómo puede uno, en ese momento, ayudar a esta persona? Una mano en el hombro y una mirada comprensiva parecen ser recursos adecuados para expresar nuestro interés. En tiempos así, el Espíritu Santo, el Consolador, está presto a obrar a través suyo, un instrumento dispuesto para traer consuelo durante ese periodo de tristeza. Gálatas 6:2 dice, “Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo.” ¿Cómo podemos hacer esto?
Primero. Sea tardo para hablar. (Santiago 1:19) Escuchar lo más importante para poder traer consuelo a un amigo. En un momento así, nuestras opiniones o consejos no van a traer alivio, ni quitar la congoja.
Segundo: Después de haber escuchado palabras de ánimo. (Romanos 12:10). Las palabras positivas pueden hacer mucho para restaurar el estado emocional de la persona.
Tercero. Comparta versículos bíblicos, tal como el Salmo 91:1-2; Isaías 40:31, 41:10; Jeremías 29:11-13 y muchos otros que pueden traer consuelo a un alma dolida.
Cuarto. Pida sabiduría por medio de la oración. Filipenses 4:6-7 dice, “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.” Ore con su amigo y pídale a Dios que le dé paz y consuelo.
Por ultimo. Demuéstrele amor, tal como Cristo lo haría. (Mateo 25:40) Mostrar el amor de Jesús trae esperanza a una situación difícil. Ayudar a un amigo en crisis, no sólo trae consuelo y alivio, sino que también será una bendición para usted.
Es mi oración que la próxima vez que tenga la oportunidad de consolar a un amigo, aproveche el privilegio de llevar la carga de su prójimo y así crecerá en el Señor. Romanos 12:15 dice, “Gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran.”