Capítulo 21
ELIGIENDO UNA IGLESIA
¿Cómo puede un cristiano saber en cual iglesia congregarse? A manera de introducción sobre este tema, dejemos establecido que una persona es unida a la verdadera iglesia en el mismo momento de su conversión. Esta iglesia está conformada de cada creyente en el Señor Jesucristo, sin importar la raza, color o cultura. Miembros de esta iglesia son hallados por todo el mundo, no obstante la iglesia entera nunca ha sido reunida en un solo lugar.
De todas maneras, es posible para los cristianos en muchas localidades reunirse juntos como miembros de una iglesia local y ejercer las funciones establecidas en las Escrituras. Esta iglesia local es una expresión de la iglesia mundial de todos los creyentes alrededor del mundo. Esta reunión se hace el primer día de la semana (Domingo) y no en el Sábado lo cual era un mandato para los judíos del Antiguo Testamento. En los primeros días, los santos se reunían en sus propias casas. Romanos 16:5; Filemón 2. Leemos que "ellos perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones" (Hechos 2:42). Ahora obviamente la voluntad del Señor es que los cristianos deben reunirse regularmente como miembros de una iglesia. Hebreos 10:25 contiene una advertencia contra abandonar esto, "no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre”. Por otra parte, grandes porciones del Nuevo Testamento están dedicadas a enseñar a creyentes sus privilegios y responsabilidades como miembros del cuerpo local de Cristo (I Corintios 12).
Sin embargo de alguna manera es un problema para un nuevo convertido hoy saber dónde debería unirse en comunión. Hay muchos diferentes grupos de cristianos, y una amplia diferencia en algunas de sus enseñanzas.
La siguiente lista es por lo tanto designada para ayudar al nuevo creyente a encontrar el lugar correcto. Al mismo tiempo, necesitamos enfatizar que el asunto por entero debería ser un tema de ferviente oración, para que la voluntad de Dios pueda ser claramente conocida. Nuestro entendimiento de lo que la iglesia es, debe provenir solamente de la Palabra de Dios. Tradiciones y costumbres de hombres deben ser puestas a prueba por sus enseñanzas sobre este tema (Isaías 8:20). Recuerda que una falsificación está diseñada para ser lo más real posible, sin embargo conociendo lo verdadero estaremos aptos para discernir la falsificación. Dios te guiará mientras compruebas lo verdadero por la Palabra de Dios y de ese modo pruebas las iglesias por Sus evaluaciones.
A. Debes estar seguro que el grupo con quien te identificas reconoce la Santa Biblia como la Inspirada e Infalible Palabra de Dios, y se someten a las Escrituras como la final autoridad en todos los asuntos de la fe y de la práctica. No es suficiente decir que la Biblia contiene la Palabra de Dios: la Biblia es la Palabra de Dios. Por lo tanto es absolutamente verdadera, y debemos creerle y obedecerle (II Timoteo 3:16-17).
B. Debes estar seguro que aquellos con quienes te reúnes son absolutamente claros acerca de la persona de Cristo. Muchos están dispuestos a admitir que Cristo fue un gran líder, un gran maestro, y tal vez el más grande hombre que haya vivido, o aún pueden llegar a usar la palabra "divino" al describirle. Pero la gran verdad concerniente a nuestro bendito Salvador es que Él es Dios, y no creeremos nada inferior a esto. Colosenses 2:9.
C. Una tercera cosa importante para observar es sana doctrina concerniente a la obra de Cristo. La Escritura nos enseña que el Señor Jesucristo vivió una vida sin pecado, que Él voluntariamente murió por nuestros pecados en la cruz del Calvario, que fue sepultado, que resucitó y ascendió al cielo, donde está ahora sentado a la diestra de Dios el Padre (I Corintios 15:1-4). La salvación es obtenida sólo por fe en Él y aparte de toda obra o mérito humano (Gálatas 2:16). Debes averiguar con certeza lo que enseñan acerca de Su preciosa sangre, aparte de la cual no puede haber perdón de pecados. Además de verificar los 3 puntos primarios citados arriba, deberías asegurarte que esa iglesia local no contradice, ni por palabra ni por práctica, las siguientes importantes verdades concernientes al cuerpo de Cristo:
ORDEN DE LA IGLESIA
A. Cristo es la cabeza de la iglesia. Colosenses 1:18-19; Efesios 1:22- 23. Ningún hombre puede atribuirse esta posición. Donde Cristo es reconocido como Cabeza, la iglesia mirará a Él y sólo a Él para determinaciones y guía.
B. Todos los creyentes son miembros del cuerpo de Cristo (I Corintios 12:12-13). Todos los hijos de Dios deberían por lo tanto ser bienvenidos a la comunión de la iglesia. (Hay, de todos modos, 2 excepciones a esta regla. Aquellos que tienen doctrina no sana, II Juan 10, o aquellos que están viviendo en pecado, I Corintios 5:13, deberían ser excluidos hasta que sean restaurados al Señor.) Ningún no creyente debería ser recibido a sabiendas en la comunión de la iglesia.
C. Todos los creyentes son sacerdotes (I Pedro 2:5-9). En el Nuevo Testamento, no hay distinciones entre sacerdotes y pueblo. En el Antiguo Testamento un sacerdote era alguien colocado entre Dios y los hombres para ofrecer sacrificios en nombre de ellos. Sin embargo, ante la muerte de Cristo, el velo del templo fue roto mostrando que ahora cada cristiano tiene acceso directo a Dios en todo momento (Marcos 15:27-38). Todos hemos llegado a ser sacerdotes delante de Él (Apocalipsis 1:5-6). Todos los cristianos pueden ahora entrar por fe a la presencia de Dios, brindando sacrificios de alabanza, adoración y servicio. En los primeros días de la iglesia todos los miembros eran estudiantes de la Palabra, todos eran ganadores de almas, todos estaban ocupados para Dios. Eso mismo debería caracterizar a la iglesia de hoy.
D. La autoridad del Espíritu Santo debería ser reconocida. Ya sea en la adoración o en el servicio, ministerio o disciplina, debería haber libertad para que el Espíritu Santo dirija a través de las Escrituras que Él mismo inspiró. Su guía y autoridad no deberían ser limitados por ceremonias de hombres u organización humana (II Corintios 3:17; Efesios 4:3). Resumiendo, entonces, un nuevo creyente debería tener comunión con aquellos que reconocen la Biblia como su única guía, con quienes tienen un sano concepto de la Persona y Obra de Cristo, y buscan asumir las enseñanzas del Nuevo Testamento con respeto a la iglesia y sus funciones.
|