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Llegar a ser un líder

Jesús escogía personas de las filas de obreros, no del clérigo profesional. Cuando Hudson Taylor hizo lo mismo, seleccionando mayormente hombres y mujeres laicos para su equipo misionero para la China, el mundo religioso se espantó. Actualmente ese es un procedimiento ampliamente reconocido, aunque no siempre aprobado.
Jesús escogió personas con poca educación, pero que pronto desplegaron una aptitud extraordinaria. Vio en ellas algo que nadie más veía, y bajo su mano diestra emergieron como líderes que sacudirían al mundo. A los talentos latentes de ellos se les añadió ferviente devoción y furiosa lealtad, pulidas en la escuela de los fracasos y la fatiga.
Las cualidades deseables en un líder estaban presentes en toda su plenitud en el carácter de nuestro Señor. Cada cristiano debería hacer que su oración constante sea que dichas cualidades puedan incorporarse más rápidamente en su propia personalidad.
El agregar potencial de liderazgo a nuestras vidas generalmente requiere que nos desprendamos de los elementos negativos que nos sujetan. Si somos demasiado sensibles cuando nos critican y nos apresuramos a defendernos, debemos abandonar
esa actitud. Si justificamos nuestro fracaso y tratamos de culpar a otros o a las circunstancias, debemos cambiar de actitud. Si somos intolerantes o inflexibles de forma que la personas creativas que nos rodean se sientan restringidas, debemos abandonar esa actitud.
Si nos perturba algo que sea menos que la perfección en nosotros mismos y los demás, debemos quitamos eso. El perfeccionista establece metas más allá de su alcance y luego se hunde en una sensación de culpabilidad falsa cuando fracasa.
Nuestro mundo es imperfecto, y no podemos esperar lo imposible.
El establecer metas modestas y realistas ayudará a que el perfeccionista lidie con un problema sin desalentarse. Si no puede guardar un secreto, no trate de ser un líder. Si no puede ceder en un punto de vista cuando las ideas de alguna otra persona son mejores, ahórrese la frustración del fracaso en el liderazgo. Si quiere mantener una imagen de infalibilidad, trate de encontrar otra cosa que hacer aparte de ocuparse de guiar a las personas.
Si desea ser un buen líder, le recomiendo que estudie el curso Liderazgo Espiritual. Estas lecciones las encuentra en el Ciclo de Estudios de Servicio Cristiano.

Escrito por:   J.Oswald Sanders.    Fecha de publicación  10/13/2010 10:57 AM
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