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Siempre hay lugar para los trabajadores - Seamos Decididos
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Nehemías se enfrentaba a un gran reto y tenía mucha fe en el Dios Todopoderoso, pero hubiera logrado muy poco si no hubiera habido una gran dedicación de parte de un pueblo dispuesto a reconstruir el muro. Con la clase de humildad que es apropiada en un líder piadoso, Nehemías dio todo el mérito al pueblo cuando escribió: "Edificamos, pues, el muro... porque el pueblo tuvo ánimo para trabajar" (Neh. 4:6). El humorista británico Jerome K. Jerome dijo: "Me gusta el trabajo, me fascina. Me puedo sentar y pasarme horas mirándolo". En lo que se refiere a la obra del Señor, no hay lugar para los espectadores o consejeros y críticos autonombrados; pero siempre hay lugar para trabajadores. Al estudiar este capítulo, descubrirá principios que se aplican a todas las tareas humanas, especialmente a la labor de edificar la iglesia. El propósito del trabajo Nehemías estaba preocupado solo acerca de una cosa: La gloria de Dios. "Edifiquemos el muro de Jerusalén, y no estemos más en oprobio" (2:17; y véase 1 :3; 4: 4; 5:9). Los gentiles se regocijaban en burlarse de sus vecinos judíos señalando la condición ruinosa de Jerusalén. Después de todo, los judíos afirmaban que su ciudad capital era la "hermosa provincia, el gozo de toda la tierra" (Sal. 48:2). Decían que "ama Jehová las puertas de Sion más que todas las moradas de Jacob" (87:2). Si Dios amaba tanto a Jerusalén, ¿por qué estaban las murallas derribadas y las puertas quemadas? ¿Por qué estaba la "ciudad santa" en oprobio? ¿Por qué no hacían algo los judíos? El mundo hoy, en su mayor parte, ignora a la iglesia. Si no le prestan atención, se dedican por lo general a condenarla o a burlarse de ella. "Si son el pueblo de Dios", preguntan los incrédulos, "¿por qué hay tantos escándalos en la iglesia? Si Dios es tan poderoso, ¿por qué es la iglesia tan débil?" Nos guste o no a los cristianos, estamos viviendo en una época de oprobio cuando "traspasada es la gloria" (1 S. 4:21). El propósito de todo ministerio es la gloria de Dios y no el engrandecimiento de los líderes u organizaciones religiosas (1 Co. 10:31; 2 Co. 4:5). Las palabras de Cristo en su oración sacerdotal deberían ser la fuerza motivadora de todo ministerio cristiano: "Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese" (In. 17:4). Dios tiene una tarea especial para cada uno de sus hijos (Ef. 2:10), y le glorificamos al llevarla a cabo de una manera humilde y fiel. Por supuesto, la reconstrucción de los muros y la instalación de las puertas también significaba protección y seguridad para el pueblo. Jerusalén estaba rodeada de enemigos, y no tenía sentido que los residentes mejoraran sus propiedades cuando nada los protegía de la invasión y el saqueo. Después de tanto tiempo, los ciudadanos se habían acostumbrado a su situación. A semejanza de demasiados creyentes en la iglesia hoy, nos contentamos con vivir tal como estamos. Entonces Nehemías llega a la escena y los alienta a reedificar la ciudad para la gloria de Dios. Continué aprendiendo sobre la vida de Nehemías, estudiando el curso Seamos Decididos, serie que encuentra en el Ciclo de Estudios de Libros de la Biblia.
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Escrito por:
W. Wiersbe - Seamos Decididos
Fecha de publicación
7/29/2011 4:34 PM
Número de visitantes
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