BBN Radio
Cómo Ir Al CieloRadioInstituto BíblicoChatRecursosIdiomasDonacionesContáctenos
Inscribirse|Acceso a los Cursos|Ayudas a sus Preguntas|BI Ayuda de Audio|Quienes somos|Herramientas|Testimonios|
Datos de ingreso
Entrada del estudiante
nombre del usuario:
Contraseña p/este sitio:


¿olvidó su contraseña?
¿olvidó su usuario?
No es un estudiante aún
Redimidos y gozosos

"La historia no confía el cuidado de la libertad a los débiles o a los tímidos". El presidente Dwight D. Eisenhower dijo estas palabras el 20 de enero de 1953 durante el primer discurso inaugural de su presidencia. Como el hombre que había dirigido a la victoria a las fuerzas aliadas durante la Segunda Guerra Mundial, el general Eisenhower sabía mucho acerca del alto costo de la victoria, así como de la pesada carga de la libertad que siempre viene después. El novelista británico Charles Kingsley dijo: "Hay dos clases de libertad: la falsa, en la que un hombre es libre para hacer lo que quierá; y la verdadera, en la que un hombre es libre para hacer lo que debe". A lo largo de la historia, la nación de Israel ha luchado con estas dos libertades, así como el pueblo de Dios lucha también con ellas hoy. Es una señal de madurez cuando aprendemos que la libertad es una herramienta para edificar con ella, no un juguete con el cual divertirnos; la libertad involucra aceptar la responsabilidad. La experiencia del éxodo de Israel les enseñó que su futuro éxito dependería del cumplimiento de tres importantes responsabilidades: Seguir al Señor (13:17-22), confiar en el Señor (14:1-31), y alabar al Señor (15:12-21).

Seguir al Señor (Éx. 13:17-22)
El éxodo de Israel de Egipto no era el final de su experiencia con Dios; era el nuevo comienzo. "Fue necesaria una noche para que Israel saliera de Egipto, pero iban a ser necesarios cuarenta años para que Egipto salieron de Israel", dijo George Morrison' Si Israel obedecía al Señor, Ellos llevaría a la Tierra Prometida y se les daría por herencia. Cuarenta años después, Moisés les recordaría a la nueva generación: "Te sacó de Egipto ... para introducirte y darte [esta] tierra por heredad" (Dt. 4:37, 38). Lo mismo podemos decir de la redención que tenemos en Cristo: Dios nos sacó de la esclavitud con el fin de llevarnos a la bendición. A. W. Tozer acostumbraba recordarnos que "somos salvos de, como también somos salvos para".  La persona que confía en Jesucristo nace de nuevo en la familia de Dios, pero ése es solo el comienzo de una nueva y emocionante aventura que nos lleva al crecimiento y a la conquista. Dios nos libera y luego nos dirige por medio de una variedad de experiencias de la vida, paso a paso, con el fin de que le conozcamos mejor y reclamemos por fe todo lo que quiere que tengamos. Al mismo tiempo, llegamos a conocernos mejor a nosotros mismos; descubrimos nuestros puntos fuerte y débiles, y crecemos en la comprensión de la voluntad de Dios y en la confianza en sus promesas.
- Dios planea la ruta para su pueblo (Éx. 13:17, 18). Nada toma por sorpresa al Señor, porque en su providencia El planea el mejor camino para su pueblo. Puede que no siempre entendamos el camino que escoge, o inclusive no estemos de acuerdo con ello, pero su camino es siempre el correcto. Podremos decir con confianza: "Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre" (Sal. 23:3), y deberíamos orar humildemente: "Muéstrame, oh Jehová, tus caminos; enséñame tus sendas. Encamíname en tu verdad, y enséñame" (Sal. 25:4, 5).
Si hubiera habido algunos estrategas militares en Israel aquella noche, probablemente habrían estado en desacuerdo con la ruta de evacuación que Dios eligió porque era demasiada larga. El destino inmediato de Israel era el monte Sinaí pero, ¿por qué llevar a varios millones de personas por el camino más largo en vez de llevarlos por la ruta más corta y fácil? La respuesta es: porque había destacamentos militares egipcios a lo largo de la ruta más corta, y los soldados apostados allí habrían creado problemas para los israelitas. Además, cruzar la frontera filistea habría hecho que su ejército los atacara, y lo último que Israel necesitaba en estos momentos era una guerra con sus vecinos. Dios sabía lo que estaba haciendo cuando eligió el camino más largo.
Si usted permite que el Señor dirija sus pasos (Pr. 3:5, 6), espere que le dirija de vez en cuando por sendas que pueden parecerle innecesariamente largas e indirectas.. Recuérdese a sí mismo que Dios sabe lo que está haciendo; Él no tiene prisa, y mientras tanto que usted le siga, estará seguro y en el lugar de sus bendiciones. Puede que cierre algunas puertas y de repente abra otras, así que debemos estar alerta para verlo (Hch. 16:610; 2 Co. 2:12, 13).

- Dios alienta la fe en su pueblo (Éx. 13:19). Antes de morir, José les había hecho prometer a sus hermanos que, cuando Dios liberara a Israel de Egipto, sus descendientes se llevarían su féretro con ellos a la Tierra Prometida (Gn. 50:24, 25; He. 11:22). José sabía que Dios cumpliría sus promesas y rescataría a los hijos de Israel (15:13-16). También sabía que él pertenecía a la Tierra Prometida junto con su pueblo (49:29-33). ¿ Qué significó este féretro a las generaciones de hebreos que vivieron durante aquellos terribles años de esclavitud en Egipto? Ciertamente, los hebreos podrían mirar al féretro de José y sentirse animados. Después de todo, el Señor cuidó de José durante sus pruebas y al final lo liberó, y Él cuidaría de la nación de Israel y, sin duda, la liberaría también. Durante los años en el desierto, Israel vio el féretro de José como un recordatorio de que Dios hace las cosas a su tiempo y cumple sus promesas. José había muerto, pero daba testimonio de la fidelidad de Dios. Cuando llegaron a su tierra, los israelitas cumplieron su promesa y enterraron a José con Abraham, Isaac y Jacob (Jos. 24:32).
¿Es idólatria tener recordatorios visibles de la fidelidad de Dios? No necesariamente, pues en el libro de Josué vamos a encontrar varios monumentos conmemorativos. Cuando Israel cruzó el río Jordán, levantaron un monumento de piedras en la orilla opuesta para conmemorar lo que Dios había hecho (Jos. 4). También pusieron piedras en los montes Ebal y Gerizim para recordar la ley de Dios (Jos. 8:30-35). Un montón de piedras dio testimonio de la traición de Acán (Jos. 7:25, 26), y una piedra "[serviría] de testigo" de la renovación de la dedicación de Israel después de la conquista de la tierra (24:24-28). Samuel levantó una piedra para conmemorar la victoria de Israel sobre los filisteos y le puso por nombre "Eben-ezer", que significa: "Hasta aquí nos ayudó Jehová" (1 S. 7:12). Mientras nos mantengamos fieles al Señor, esos recordatorios pueden alentar nuestra fe. Lo importante es que señalen hacia el Señor y no a un pasado muerto, para que continuemos caminando por fe y en obediencia al Señor.

- Dios va delante de su pueblo para mostrar el camino (Ex. 13:20-22). La nación era guiada por una columna de nube durante el día y de fuego en la noche. Esta columna la identificaban con el ángel de Dios que dirigía a la nación (14:19; 23:20-23; véase Neh. 9:12). Dios a veces habló desde la columna de nube (Nm.12:5, 6; Dt. 31:15, 16; Sal. 99:7), y la columna de nube también protegía al pueblo del calor del sol al ir avanzando día a día (Sal. 105:39). Cuando la columna se movía, el pueblo se movía; y cuando la columna se detenía, ellos esperaban (Ex. 40:34-38). Nosotros no tenemos hoy esta clase de guía visible, pero tenemos la Palabra de Dios que es una luz (Sal. 119:105) y un fuego Oer. 23:29). Es interesante notar que la columna de fuego daba luz a los hebreos, pero oscuridad a los egipcios (Ex. 14:20). El pueblo de Dios está iluminado por la Palabra (Ef. 1:15-23), pero los incrédulos no pueden entender la verdad de Dios (Mt. 11:25; 1 Ca. 2:11-16). El Espíritu de Dios, que es el Espíritu de verdad, nos guía mediante la enseñanza de la Palabra (Jn. 16:12, 13). Así como Dios habló a Moisés desde la columna, de esa forma se comunica el Señor desde las Escrituras haciendo que su mensaje esté cIara para nosotros. Hay momentos cuando no estamos seguros del camino que Dios quiere que tomemos, pero si esperamos en Él, Dios al final nos guiará. Cuán necio hubiera sido para los hebreos hacer una pausa en su marcha y tener una votación para ver qué ruta iban a tomar para ir al monte Sinaí. Hay, por supuesto, lugar para el consejo y referéndum de la comunidad (Hch. 6:1-7), pero cuando Dios ha hablado, no hay necesidad de más consultas. En más de una ocasión en las Escrituras, la mayoría ha estado equivocada.

Estudie completo el libro de Éxodo en la serie “Seamos Libertados”, disponible en el ciclo de Libros de la Biblia. ¡Estudie Gratis la Biblia! Seleccione, estudie y complete alguno de estos excelentes cursos. ¡De esta manera usted será parte del Instituto Bíblico de BBN! Para inscribirse ingrese a: www.bbnbi.org - (Español) y luego haga clic en Ayudas a sus Preguntas. La Ayuda No. 1 dice Cómo Inscribirse!
 
Recuerde amado hermano y amigo que su “Amén, comentario, o me gusta”, nos motiva y desafía para seguir colocando otros artículos que edifiquen su vida espiritual. Por favor, para ayudar a otros hermanos y hermanas comparta este artículo.  Muchas gracias.  


Escrito por:   W. Wiersbe – Cursos Seamos Libertados    Fecha de publicación  11/2/2017 3:01 PM
Número de visitantes  2994


Login                                                                                           Herramientas bíblicas   Derechos de autor   Privacidad