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Esperanza eterna
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Bienaventurado aquel...cuya esperanza está en el Señor su Dios (Salmo 146:5). Dos meses después de la muerte de mi madre, las compras y decoraciones de la semana anterior a la Navidad no eran mi prioridad. Resistía los intentos de mi esposa de consolarme. Estaba callado y malhumorado mientras mi hijo colocaba luces navideñas en las paredes de nuestra casa. Sin pronunciar palabra, él conectó el cable antes de irse a trabajar. A pesar de lo doloroso de las circunstancias, mi esperanza permanecía segura en la luz de la verdad de Dios y en su carácter inmutable. Mientras las luces titilaban, el Señor me sacó con ternura de mi oscuridad. El Salmo 146 afirma lo que Dios me recordó aquella mañana difícil: mi eterna «esperanza está en el Señor», mi ayudador (v. 5). Como Creador, «siempre cumple su palabra» (v. 6 RVC). «Hace justicia a los agraviados», protegiéndonos y supliendo nuestras necesidades (v. 7). «El Señor levanta a los caídos» (v. 8); nos «guarda» y nos «sostiene», y siempre reinará (vv. 9-10).
Algunas veces, en Navidad, nuestros días rebosarán de momentos gozosos. Otras veces, enfrentaremos ausencias, experiencias dolorosas o sentimientos de soledad. Pero, en cada caso, las promesas de Dios serán nuestra luz en la oscuridad, y nos brindarán ayuda tangible y esperanza eterna.
Dios reafirma nuestra esperanza en su carácter inmutable.
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Escrito por:
Escritores de Nuestro Pan Diario
Fecha de publicación
12/18/2017 12:11 PM
Número de visitantes
5150
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