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La visión de Dios de la Cruz

La cruz fue, por encima de todo, para Dios el Padre. Pablo escribió: a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados ... con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús (Romanos 3:25-26). En el Antiguo Testamento, Dios tenía comunión con Abraham, Moisés, David, y muchos otros que no podríamos enumerar, cuyos pecados no habían sido pagados. Puesto que la sangre de los animales era simbólica, Dios escogió salvar a esas personas "a crédito" e hizo a un lado sus pecados para poder tener comunión con ellas, pero el rescate aún no se había pagado. Por lo tanto, para asegurarse que nadie pudiera cuestionar su justicia, Cristo murió para efectuar el pago por ellos y por nosotros.
La obediencia de Cristo como el Cordero de Dios fue preciosa para el Padre. Pablo dice que debemos vivir una vida de amor, así como Cristo nos amó y se entregó por nosotros como ofrenda y sacrificio fragante para Dios (Efesios 5:2). La voluntad del Hijo para sufrir de acuerdo con un plan previamente acordado fue una ofrenda fragante y un sacrificio agradable a Dios.
Dios se deleitó en el sacrificio de su Hijo, pero "con todo eso Jehová quiso quebrantarlo y hacerlo sufrir, y como él ofreció su vida en expiación, verá su descendencia y prolongará sus días y llevará a cabo la voluntad de Jehová (Isaías 53:10).
Si preguntamos, ¿quién llevó a Jesús a la muerte? La primera respuesta no debería ser "los judíos" o Pilato, sino Dios. Dios quebrantó a su Hijo. Pedro dice: Éste fue entregado a los judíos "según el determinado propósito y el previo conocimiento de Dios" (Hechos 2:23). Para ponerlo en términos simples, de acuerdo con el plan del Padre.
Ahora bien nos preguntamos ¿Azotó Dios a su Hijo y puso los clavos en sus manos y pies? No, con seguridad, esta crueldad la llevaron a cabo hombres malvados. Sin embargo, esos pecadores hicieron aquello que Dios tenía planeado hacer. Debemos aceptar como un hecho el misterio de que la gente malvada es la culpable de la muerte de Jesús; pero que el plan fue de Dios. Pedro, al hablar de todos los que conspiraron para crucificar a Jesús dijo: para hacer lo que de antemano tu poder y tu voluntad habían determinado que sucediera (Hechos 4:28).  ¿Por qué el Padre haría tal cosa? Un pastor amigo responde: "Él lo hizo para resolver el desacuerdo entre su amor por su gloria y su amor por los pecadores". Dios no podía simplemente dejar lo pasado como pasado. Entonces, antes de que el tiempo empezara, Dios el Padre y Dios el Hijo acordaron un plan en el cual la iniquidad de todos nosotros recaería sobre Jesús; Él llevaría nuestro castigo para que nosotros fuéramos exonerados por Dios el Padre. El pecado se mostraría como la cosa horrible que es, y Dios se mostraría como el Dios amoroso que es. En la cruz, su inflexible santidad chocó con su amor a la mutua satisfacción de cada atributo.

Libro: Clamores desde la Cruz.
Editorial Portavoz


Escrito por:   Erwin Lutzer.    Fecha de publicación  4/1/2010 10:50 AM
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