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Dios tiene todo preparado y planificado
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"Cuando te llamé, me respondiste; me infundiste ánimo y renovaste mis fuerzas." Salmo 138:3 (NVI)
Estaba a la espera de una respuesta que podría mejorar mi calidad de vida. No era nada extraordinario, pero si necesario. Es uno de los más típicos pedidos de los que Dios recibe a diario de los millones de pedidos que recibe cotidianos que llegan al cielo. Era un pedido bastante común. Cuando se acercaba la fecha estimada de respuesta, la expectativa creció mucho. Generalmente para respuestas negativas se anticipan. Pero si se prolonga es porque en general la respuesta es positiva. El lunes tiene la respuesta, fue el aviso que me habían dado. Así que fue un fin de semana muy expectante. El lunes fue muy lento, pero el teléfono no sonaba. A medida que pasaban las horas, la ansiedad se incrementaba exponencialmente. Pasó el lunes sin noticias y comenzó la preocupación. Si no llaman es porque algo no anda bien. Y la preocupación dio paso a la angustia. Era previsible una negativa. Finalmente, dos días después llegó la respuesta, y como era de esperarse, fue negativa. Había pedido una cadena de oración por este tema, era un pedido justo y necesario, había muchos hermanos y hermanas clamando por esto. Pero la respuesta llegó tarde y fue un no. La angustia se convirtió en enojo y la espera en tristeza. ¿Por qué algunos reciben lo que piden tan rápido y otros tienen que esperar tanto? ¿No es que al justo todo ayuda a bien? ¿No es que Dios responde cuando le pedimos algo? Al día siguiente, la situación lejos de mejorar empeoró. Los cuestionamientos eran mayores y las respuestas ninguna. No encontraba una justificación que lograra calmar mi ánimo. Y cualquier argumento que pensara solo terminaba dándome la razón. Fue entonces cuando Dios me mostró este texto. David también tenía reclamos justos y necesidades puntuales. También sufría, se angustiaba y recibía un no por respuesta. Y tenía el mismo Dios que nosotros. Y frente a las mismas dificultades, este hombre supo modificar su actitud. Y entendió que la respuesta que recibía, cualquier fuera y en cualquier tiempo que fuera, venía de Dios. Por eso podía descansar en su Padre y renovar sus fuerzas. Podía recuperar su ánimo desgastado, porque confiaba en la bondad de Dios.
¿Estás esperando una respuesta? Inflá tu ánimo. Dios tiene todo preparado y planificado.
REFLEXIÓN — Un no, es un si para Dios.
Un gran abrazo y bendiciones
Dany
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Escrito por:
Daniel Pérez Cliffe.
Fecha de publicación
11/5/2010 8:55 AM
Número de visitantes
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