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La abnegación y la obediencia
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“Algunos, a la verdad, predican a Cristo por envidia y contienda; pero otros de buena voluntad” Filipenses 1:15
Un amigo pastor me contó acerca de un rótulo que había visto enfrente de una iglesia en el vecindario. En vez de simplemente anunciar las horas de los servicios de su propia congregación, éste también indicaba el horario de otras dos iglesias que celebraban sus servicios a diferentes horas en la misma localidad. Es interesante que mi amigo no pensó que esto fuera algo inútil o tonto. En vez de ello, ¡se puso a pensar en lo que haría falta para que una iglesia trabajase para que todas sus acciones se vieran marcadas por semejante desprendimiento! Es cuestión de opinión si es una buena idea o no anunciar los horarios de los servicios de otras iglesias. Pero una cosa es segura -el Espíritu de Cristo no se encuentra en un espíritu de envidia y competencia interesada. La generosidad y la buena voluntad que Pablo expresó hacia los líderes de las iglesias que sólo servían a sus propios intereses es una marca del auténtico espíritu cristiano (Filipenses 1:14-18). Esta actitud a imagen de la de Cristo se alinea con la ausencia de envidia espiritual que Santiago exigía en su epístola (Santiago 3:14-17). Las iglesias debieran preocuparse por formar a sus congregaciones. Pero deben cuidarse de ir a extremos en cuanto a preocuparse por sus miembros. La sabiduría y la gracia de Cristo no se encuentran necesariamente en la sabiduría convencional. A menudo, el buen juicio requiere que realicemos actos que van contra nuestros instintos, como el desprendimiento que refleja la vida de Jesús en nosotros.
Reflexión: Nada complace más a Dios que la abnegación que nace de la obediencia.
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Escrito por:
Editores de Nuestro Pan Diario.
Fecha de publicación
4/16/2011 10:39 PM
Número de visitantes
4168
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