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La sorprendente respuesta de Dios
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"¡Rompe los cielos!" y "¡Desciende!" suplicaba el profeta Isaías. "Da a conocer Tu nombre haciendo temblar los montes y estremecer las naciones" - Le aconsejó al Señor (Is. 64:1-3). Isaías quería que Dios se comportara como lo había hecho en el pasado. Recordando en las Escrituras cómo Dios se había encontrado con Moisés en el monte Sinaí, Isaías anhelaba la repetición de dicha situación. Pero Dios ya le había dicho a Isaías que haría algo nuevo. "He aquí se cumplieron las cosas primeras, y Yo anuncio cosas nuevas; antes que salgan a luz, Yo os las haré notorias" (42:9). ¡Jesús era "lo nuevo"! Efectivamente, Dios vino. Pero no en la época de Isaías. Y no de la manera dramática que éste anhelaba. "No gritará, ni alzará Su voz, ni la hará oír en las calles" (42:2). Vino en la modesta forma de un bebé. Muchos de nosotros podemos recordar alguna situación en la que Dios respondió a nuestra necesidad de una manera asombrosamente oportuna. Al igual que Isaías, queremos que Dios vuelva a hacer lo mismo. Pero tal vez Él tenga otra cosa en mente. Como creyentes debemos tener en cuenta que Cristo vino a cambiar nuestros corazones, no tan sólo las circunstancias a nuestro alrededor.
Reflexión: Puede que las respuestas de Dios a nuestras oraciones excedan nuestras expectativas.
¡Deja que Dios tome el control... te sorprenderán los resultados!
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Escrito por:
Editores de Nuestro Pan Diario
Fecha de publicación
8/2/2011 2:44 PM
Número de visitantes
4030
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