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Dios esta a nuestro lado
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“Y él dijo: No tengas miedo, porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos” (2 R. 6:16).
Nuestra vida está siempre rodeada de enemigos. El apóstol Pablo enseña que la lucha no es contra hombres, sino contra huestes de maldad (Ef. 6:12). No los vemos pero están ahí, para acosarnos. No los avistamos, pero sentimos las acciones que ejercen contra nosotros por medio de aquellos a quienes pueden controlar. La Biblia los llama impíos y dice que están siempre dispuestos a destruir al justo. Lo más tremendo es que no son pocos, sino muchos. Esa es la razón por la que el ayudante del profeta estaba lleno de miedo. Aparentemente eran solo dos, mientras que por todas partes estaban rodeados de enemigos. Temblaba sobrecogido por la grandeza de quienes podían acabar con sus vidas. Mientras tanto el profeta estaba tranquilo. Su visión era otra. No se detenía en quienes estaban contra él, sino en los que estaban a su favor para defenderlo. Los ojos de la fe veían a los ejércitos de Dios desplegados sobre los montes, en mucho mayor número que los de sus enemigos. Éstos eran fuertes, pero la fuerza de ellos no podía compararse con la fuerza de los ángeles que Dios había puesto para protección de sus siervos. Él podía ver carros de fuego alrededor de ellos, gobernados por los ejércitos de Dios. Los caballos de sus enemigos y todo su potencial, no podían enfrentarse a ellos para vencerlos. Necesitamos alcanzar también esta misma visión. Las dificultades de la vida son, muchas veces, producidas por nuestros enemigos. Se han levantado contra nosotros. Son muchos, influyentes, sabios y astutos. En ocasiones podrán estar tan cerca que sean de nuestra familia terrenal. Otras veces estarán en el entorno de nuestros trabajos o de nuestros negocios. En ocasiones, se levantarán desde dentro de la misma iglesia. Hay muchos modos y muchas formas para intranquilizar nuestra existencia y hacer que corramos el camino que tenemos por delante, llenos de angustia e inquietud. Nos sobresaltamos cuando alguien nos acosa y sentimos que vamos a ser derribados. Pero, las fuerzas que están a nuestro lado exceden siempre a los poderes del mal. Ellos rujen contra nosotros, pero no conseguirán vencer a quien es ya más que vencedor en Cristo. Podrá ocurrir que en nuestro entorno veamos solo tribulación, o angustia, o persecución, o hambre o desnudez, o peligro, o espada (Ro. 8:36), pero como Pablo, podemos decir ahora: “En todas estas cosas somos más que vencedores por medio de Aquel que nos amó (Ro. 8:37). Es verdad que los impíos podrán hablar mal de ti y convencer a otros con sus mentiras. Podrán privarte de los tuyos. Tal vez arruinar tu negocio. Incluso arrojarte del ministerio en que has servido a Dios por años, generando dudas contra ti. No importa cual sea la acción de ellos, solo será por un momento. La batalla podrá ser violenta y aún larga, pero conocemos cual será el final: “en todo somos más que vencedores”. Necesitamos renovar nuestra visión espiritual, entonces podremos descansar sabiendo que “son más los que están con nosotros que los que están con ellos”.
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Escrito por:
Pastor Samuel Pérez Millos
Fecha de publicación
8/20/2012 3:44 PM
Número de visitantes
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