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Una vida consagra a Dios
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Muchos años hace, en los días de la esclavitud, vivía en el sur de China un chino bastante rico, llamado Fu. Habiendo sido convertido sintió tal pasión por las almas que llegó a gastar todo su dinero en la obra del Señor. Pensando en los pobres chinos esclavos que eran llevados a trabajar a las minas de plata del Sur de América, los que nunca habían de volver a sus hogares, lleno de compasión se vendió como esclavo para poder llegar a ellos con el mensaje del amor de Dios. Cuando murió dejaba una iglesia de 200 miembros, todos ellos ganados para el Señor por su testimonio, viviendo como un esclavo más entre ellos.
¿Has consagrado o entregado tu vida a Dios? ¿Deseas vivir para el Señor Jesús? ¿Hacer la voluntad de Dios es una prioridad para ti? Pablo nos desafía a entregar nuestra vida y consagrar nuestro cuerpo para vivir una vida que glorifique a Dios. En Romanos escribe y dice: “Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro. No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias; ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia. (Romanos 6:11-13) “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. (Romanos 12:1)
¡Es maravilloso entregarle nuestra vida a Cristo para que nos utilice! Entregue su vida a Dios repitiendo de corazón las palabras de este hermoso himno: “Consagrarme todo entero, alma, vida y corazón, es el íntimo deseo que hoy me anima, buen Señor. Heme aquí, Señor, a tus pies estoy, pues a Ti consagrar quiero todo lo que soy".
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Escrito por:
Equipo de Trabajo del Instituto Bíblico de BBN
Fecha de publicación
3/21/2017 11:25 AM
Número de visitantes
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