¿Como reaccionaría usted si alguien entrara sin permiso a
su casa y secuestrara a sus hijos? Tal vez diga: “Bueno gracias a Dios eso no
va a suceder, nuestras puertas siempre están bien cerradas, el sistema de alarma funciona y la
policía siempre esta disponible para atrapar a los delincuentes”. Además, usted
estaría dispuesto a morir para proteger a los suyos. ¿Qué reacción tendría si le dijera que los niños, incluidos
los niños de los hogares cristianos, son robados desde el mismo
interior de su hogar? El enemigo atraviesa las
puertas cerradas y las ventanas selladas. Aunque el cuerpo de cada uno de los niños se queda
en casa, su corazón ha sido cautivado para servir a otros amos. Su lealtad es
transferida a aquello que el apóstol Pablo llamó
“el dios de este siglo” (2Co.4:4). Mas sorprendente todavía es que muchos padres son cómplices
de estos ladrones, en algunos casos
sin darse cuenta. Cooperan con su apoyo y participación en el plan de guerra del enemigo. Si los hijos mayores de
veinte años son raptados, podemos argumentar que tenían edad suficiente para valerse por si mismos,
pero los niños pequeños entre los doce y trece anos son cautivados por el
enemigo mientras sus padres se mantiene ocupados en vivir su propia vida
conforme a aquello que dicten sus
agendas. En este capítulo entramos al dominio gobernado por el dios
de este mundo. Aunque el contenido de este capitulo será aceptado por muchos,
me pregunto cuántos cambiaran su estilo de vida como resultado de leer este
material. Quiénes han mordido el anzuelo de la
industria del entretenimiento tedian dificultad para separarse de las cosas que corroen el alma. A decir verdad, todos
estamos en peligro de capitular ante
el dios de este mundo.¿Quiénes son estos ladrones
que viene a captar el corazón de nuestros hijos y ya controlan el corazón de muchos adultos? Nuestros valores y
actitudes o bien son elevados o son destruidos. Si la
educación no es buena, tarde o temprano será para perjuicio nuestro. Si
Hollywood hace películas con sexo y
violencia que se supone solo deben ser vistas por adultos, pero los productores
saben que los adolescentes las verán.
En efecto, el 80 por ciento de los adolescentes menores de diecisiete años
dicen que han visto sin problema alguno películas
para adultos. Estas películas, sin
importar su clasificación y
contenido, contribuirán a formar su opinión acerca de aquello que constituye
una conducta sexual normal. Las películas
influenciaran actitudes con respecto a la
integridad, la violencia, y los valores,
así que a través del mundo artificial creado por los productores, se liberan
sentimientos reales y muy fuertes. Mientras se encuentran en la sala
de cine, los adolescentes reciben una educación efectiva sobre como tratar a las personas del sexo opuesto, como vestirse, el
valor del la vida, y que es
importante en el mundo. Las clasificaciones
son absurdas, en primer lugar porque los productores expanden cada vez más el límite
de lo permitido y siempre quieren imponer su propia definición de decencia. En
segundo lugar, porque incluso un película
de clasificación general o familiar
puede tener temas de rebelión, ocultismo y moralidad cuestionable. De hecho, el
sistema de clasificación de películas ha contribuido a la
caída en picada de la moral. Todo
aquello que un productor tiene que hacer es obtener una clasificación
familiar para niños de 13 años y después puede producir aquello que le plazca. Larry
Poland de Mastermedia habla así de la
junta clasificadora: “Dejaron el
cuidado de las gallinas a la zorra”.“Queremos que las
personas se rían del adulterio, la
homosexualidad, y el incesto”, dijo un libretista, “porque la risa rompe cualquier resistencia contra a estas
cosas”. Un programa de televisión dedico toda una hora a insistir en este punto:
“Si usted es un adolescente y no tiene relaciones
sexuales, es probable que sea homosexual”. ¡Piense en los mensajes destructivos
que se envían a nuestros hijos! Además de la
inmoralidad y la violencia, muchos
programas de televisión se dedican ahora
a fomentar el ocultismo. Por otro lado
tenemos la música rap, con sus
letras sucias, lenguaje obsceno e imágenes sexuales violentas. Estas palabras y sentimientos se incrustan en la mente de muchos adolescentes. Son palabras e imágenes cargadas de valores e impulsos
morales que de alguna manera acomodan muchos corazones. Cada año se veden
millones de producciones de música rap y muchas contiene las
imágenes mas vulgares, explotadoras y violentas que uno pueda imaginarse. Piense
en aquello que significa el hecho de haber permitido que estas influencias
entren en hogares de esta nación. Por eso no sorprende el informe del centro
para el control de enfermedades, según el cual ocurren cuarenta mil nuevos
casos de enfermedades por transmisión sexual cada día en los Estados Unidos. La red global de información,
con toda su potencialidad para el bien, también ha abierto la
puerta ala pornografía y a toda clase de inmundicia. El hecho es que sabemos cuanto nos
afecta aquello que vemos y oímos, y también que las
cosas van a ponerse peor, no mejor. No podemos culpar de todo esto a Hollywood
y los productores de pornografía. Ellos prosperan porque existe un mercado para
sus productos. Aquello que hacen es apelar
a nuestros instintos más bajos, porque saben que los seres humanos tendencia
recorrer el sendero de menor resistencia. Tan solo se aprovechan nuestra
naturaleza caída y explotan nuestra inclinación a satisfacer nuestros deseos. Si usted cuenta con que ellos asuman parte de la responsabilidad, no se lo puedo garantizar. A la Industria del entretenimiento no le importan
otros valores aparte de los suyos. Su única motivación es el lucro económico y
su objetivo es hacer caer en la
trampa a su hijo para que quede adicto a la
música, al sexo, a la pornografía y
a la violencia de los medios. De
esta manera pueden estar seguros, que se convierta en uno de sus clientes por
el resto de su vida.Estos son, pues, los monstruos que entran a nuestro hogar y
roban el corazón de nuestros hijos, bajo el nombre artificioso de “entretenimiento”.
Edición en Castellano:
¿Quién eres tú para juzgar? Como Juzgar el Entretenimiento. Utilizado con permiso de Editorial Portavoz.