En ese tiempo mis prioridades estaban fundadas en las cosas materiales, los deseos de la carne y de la sociedad en que vivía.
Conocí a Jesucristo dos noches después que mi papá en Junio de 1.977 en una campaña evangelística que realizó mi iglesia.
Pertenecía a una buena familia, aparentaba ser feliz, pero tenía muchas dudas existenciales.
Esa maravillosa experiencia de conocer al Señor y ser salvo sucedió en la comunidad de Dos Caminos, Villanueva, Cortés
por varias noches no cesaba de pensar en el contenido del himno “Pecador Ven a Cristo Jesús”,